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Un blog de relatos eróticos y cocina con solera. Los relatos narran las aventuras de cuatro mujeres divorciadas y sus conversaciones sobre sexo y hombres. Las recetas se elaboran siguiendo viejos cuadernos de cocina, escritos a principios del siglo XX


sábado, 8 de diciembre de 2012

MERLUZA A LA ESPAÑOLA

     Literalmente, reproduzco el texto que mi abuela Carmen escribiera, hace casi un siglo, en el cuaderno de cocina dedicado al pescado
    Ingredientes para 8-10 personas: Dos merluzas de un kilogramo cada una, 125 gramos de tomate, un pimiento verde o marrón, 125 gramos de zanahoria, 100 gramos de cebolla, media cabeza de ajos, un manojo de perejil, 30 almendras peladas y fritas, un vasito de vino, sal, pimienta, nuez moscada, laurel, dos clavos, 200 gramos de aceite, dos huevos, pan rallado para empanarlas y aceite para freirlas.
     Modo de hacerlas: Límpiense perfectamente las merluzas de agallas y espinas, lávense y partense a trozos grandecitos. Por espacio de una hora, ténganse en una fuente rociadas de vino, algo de sal, un diente de ajo y perejil picaditos. Mientras tanto, póngase el aceite al fuego, píquese el tomate lavado y limpio de pipas, la cebolla a cascos, los ajos sueltos y sin pelar, las zanahorias peladas y a trozos, el pimiento, el laurel, clavo, pimienta y nuez moscada. Rehóguense bien y añádase agua, dejándose hervir hasta que esté muy tierno. Cuando todo esté en su punto pásese por un tamiz y añádanse las almendras muy majadas, dándole a todo unas vueltas al fuego para ligar bien la salsa. Empánense los trozos de merluza, fríanse hasta que tomen un bonito color dorado y, bien escurridos, colóquense en la fuente donde han de servirse; ésta debe ser lo suficientemente espaciosa para que no estén unos encima de otros. Una vez todo preparado, viértase sobre ellos la salsa caliente y sazonada, rocíense con el resto del perejil que teníamos bien picadito y sírvanse.       
   Espero que os atreváis a preparar esta deliciosa receta. Os aseguro que no entraña dificultad alguna aunque, como la mayoría de las comidas, exige tiempo y paciencia. Las prisas, en la cocina, son malas compañeras de viaje.              

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