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Un blog de relatos eróticos y cocina con solera. Los relatos narran las aventuras de cuatro mujeres divorciadas y sus conversaciones sobre sexo y hombres. Las recetas se elaboran siguiendo viejos cuadernos de cocina, escritos a principios del siglo XX


sábado, 29 de diciembre de 2012

EXCESO DE CHAMPÁN

...Su lengua en la garganta mientras la puerta del ascensor permanecía abierta...
     Sábado. 21,30 horas. Una enfurecida Emi Abbott terminaba de maquillarse en el baño de su casa. No la hacía para salir con su íntima Wynie Smith ni con ninguna otra amiga. Estaba obligada a asistir a una cena que organizaba una marca de moda y complementos de lujo para entregar el premio al joven diseñador más destacado del año. Para colmo de males, le habían pedido que fuese ella quien entregase el segundo premio, quedando el primero y el tercero para el accionista mayoritario y el director de la citada marca, respectivamente. Se trataba del mayor anunciante de su revista y, por razones obvias, no pudo negarse ni a asistir ni a participar en el paripé del premio.
    Estaba muy enfadada esa noche y no solo porque tuviera que tragarse un evento que no le apetecía nada. También, porque no conseguía que la nueva amiga de su amante El Polaco dejara de martillearle la cabeza. RELACIONES Y DECEPCIONES “Una brasileña que le hará lo más grande del mundo y éste, con lo que le gusta el vicio, estará loco de contento”, maldecía para sus adentros.  A la vez, su otro yo trataba de consolarla recordándole que a nadie podría El Polaco amar más que a ella, su geisha UNA AUTÉNTICA GEISHA y que cualquier otra mujer no pasaría de ser un entretenimiento banal que lo alegrara en su ausencia.
    Se miró varias veces al espejo antes de salir de casa. No se veía nada guapa esa noche. Se sentía insegura y vulnerable. Una situación que puede atravesar cualquier persona pero que a Emi Abbott, directora de la revista de moda y tendencias más leída de España, le estaba vetada en público. Ella se encontraba obligada a representar el mismo papel de siempre: el de la mujer fuerte, segura y con aplomo, sin perder la coquetería ni la delicadeza propias de su género. Se mentalizaba para ello mientras conducía lentamente por las calles de Madrid en dirección al hotel donde iba a celebrarse la gala.
    Llegar, repartir sonrisas y besos, sentarse, comer poco y agradar mucho, soltar el discursito -mientras más breve, mejor- y desaparecer, entre efluvios de champán, nada más finalizar el acto. Tenía que salir airosa de todo ese recorrido y después, sería libre. Podría optar por irse a casa a descansar o llamar a Wynie Smith y citarse con ella en El Maligno. Por lo imprevisible de su carácter, lo decidiría cuando llegara el momento.
 
    La vida está llena de azares que juguetean a su capricho con el pensamiento, el deseo y la realidad. Las cosas suceden cuando menos se esperan y el evento al que Emi asistía obligada aquella noche de sábado le brindó la oportunidad de resarcirse de El Polaco y su nueva amiga La Brasileña. El acontecimiento empezó a fraguarse durante la cena. Le asignaron un asiento entre los dos jóvenes diseñadores galardonados con el segundo y el tercer premio. Este último era un muchacho rubio, blanco y delicado, que a Emi le recordaba a su amor platónico. EL AMOR PLATÓNICO DE EMI ABBOTT. Era tierno y tímido. Ella se dio cuenta de que la miraba de reojo y enrojecía al sentirse descubierto y turbado por el penetrante destello azul que sus ojos le devolvían. Y así, envueltos en un enjambre de miradas que iban y venían; que escondían pasiones ocultas y desvelos inconfesables, transcurrieron las horas de cena, gala y protocolos sucesivos...
    En el momento en que Emi sintió el exceso de champán, se disculpó con la excusa de ir al baño y aprovechó la ocasión para abandonar el local. No miró atrás y no se dio cuenta de que el muchacho la seguía hasta que se paró frente al ascensor que conducía al parking. Giró la cabeza y allí estaba él. Quieto. Alto y espigado. “Mi principito”, pensó ella, y todas las fantasías que había imaginado y soñado con el auténtico Principito AMOR PLATÓNICO Y PERSISTENTE llegaron a raudales en forma de imágenes de videoclip: veloces posturas, momentos y miradas... Allí estaba, alto, espigado y esperando una señal de ella. Es, ha sido y será una de las grandes decisiones de Emi, pero no se equivocaba o al menos eso creía ella. Claro que tales pensamientos le llegaban en el mismo momento en que él metía su lengua en su garganta mientras la puerta del ascensor permanecía abierta... CONTINUARA....

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