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Un blog de relatos eróticos y cocina con solera. Los relatos narran las aventuras de cuatro mujeres divorciadas y sus conversaciones sobre sexo y hombres. Las recetas se elaboran siguiendo viejos cuadernos de cocina, escritos a principios del siglo XX


domingo, 16 de diciembre de 2012

CARNE DE TERNERA CON PATATAS

En la tienda, las señoras protestaban por los recortes sanitarios y el fin de la gratuidad de los medicamentos para los pensionistas...
    Hoy me he levantado pensando en cocinar una de las recetas del cuaderno de carnes de mi abuela: carne de ternera con patatas.
    La mañana era gris y lluviosa y, ataviados ambos con gorro y gabardina, he salido con mi hijo a comprar los ingredientes necesarios para el guiso. Hemos ido primero al supermercado y después, a la tienda de especias vecina a nuestra casa porque necesitaba azafrán, perejil y laurel. Su propietario, un amable muchacho de Bangladesh, solo ha querido cobrarme el azafrán. Con la sonrisa ancha que lo caracteriza, me ha dicho que el perejil y el laurel eran un regalo que me traía la lluvia... He cogido la bolsa que gentilmente me ofrecía, le he devuelto la sonrisa y le he dado las gracias. En estos tiempos difíciles, donde tanta gente se enfrenta enfadada y de mal humor a las dificultades de la vida cotidiana, resulta casi milagroso encontrar a alguien con una sonrisa perenne dibujada en su rostro. Le he hecho saber lo agradable que me resultaba verlo siempre tan contento, al tiempo que varias señoras mayores refunfuñaban entre ellas y comentaban cómo iban a afectarles los recortes sanitarios y el fin de la gratuidad de los medicamentos para los pensionistas. “Si no nos dan las medicinas gratis nos moriremos antes de tiempo, porque no podemos comprarlas. Así que nosotras no estamos para risas, muchacho”, le dijo abiertamente una de ellas. El joven se encogió de hombros y, tras dejarles claro que sentía mucho la dura situación por la que atravesaban, expresó su convencimiento de que el malhumor no solucionaría los problemas, y que era más positivo para el cuerpo y la mente despertarse cada mañana sonriéndole a la vida. “Buena filosofía”, le dije antes de despedirme. 
                          
   Al llegar a casa he abierto el cuaderno de carnes de mi abuela y he tomado una fotografía de la receta escogida: carne de ternera con patatas. Reproduzco literalmente, a continuación, el texto que ella dejó escrito. Detallaré, al final, algún pequeño cambio que he realizado para adaptar al momento actual una receta que ha cumplido casi un siglo desde que fuera plasmada en el citado cuaderno.
    INGREDIENTES: Un kilogramo de carne de ternera (para este guiso puede ser de la mediana); una cebolla, cuatro dientes de ajo, un manojito de perejil, dos hojas de laurel, un decílitro de vino, un tomate, un pimiento, 125 gramos de aceite, sal, pimienta, azafrán y 500 gramos de patatas.
    MANERA DE HACERLA: Pártase la carne a trozos regulares. En un perol póngase el aceite al fuego y en cuanto empiece a echar humo, píquese menudita la cebolla y los ajos, y estando algo dorados añádase el tomate pelado y también picadito, el pimiento, el vino, el laurel, la carne y la sal. Tápese y déjese rehogar moviéndolo de vez en cuando. Píquese el perejil y váyase añadiendo agua caliente poco a poco. Cuando esté tierna se incorporan las patatas peladas, se maja la pimienta y el azafrán y se deja a fuego lento hasta que todo esté tierno y conservadito. Sírvase.
    Este es el texto exacto que escribió mi abuela. He cocinado la carne respetando la receta casi en su totalidad. He cambiado el tipo de recipiente, y he sustituido el perol por una olla exprés con el fin de que la carne se pusiera blanda en menos tiempo. Esta acción me ha obligado a añadir el agua (un vaso entero) no poco a poco, sino de una sola vez. He cerrado la olla y la he dejado 20 minutos a presión. Pasado ese tiempo, la he abierto, he comprobado que la carne estaba tierna y he añadido las patatas troceadas. He vuelto a cerrar la olla y la he dejado a presión 5 minutos más, tiempo suficiente para que las patatas se pusieran blandas sin desbaratarse. Finalmente, he colocado la carne con la salsa en el centro de un plato hondo y lo he decorado poniendo las patatas alrededor, tal como se ve en la imagen que ilustra esta crónica. Después, mi hijo y yo nos la hemos comido con mucho gusto. La carne estaba muy tierna y la salsa, sabrosísima. ¡Os animo a probarlo! Su preparación es sencilla y si optáis por guisarla en la olla, como yo he hecho, se tarda poco tiempo. ¡Feliz -y si es fogoso, mejor- fin de semana!

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