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Un blog de relatos eróticos y cocina con solera. Los relatos narran las aventuras de cuatro mujeres divorciadas y sus conversaciones sobre sexo y hombres. Las recetas se elaboran siguiendo viejos cuadernos de cocina, escritos a principios del siglo XX


miércoles, 30 de mayo de 2012

EL MUSCULOSO

      ...Se quitó la ropa y se colocó sobre ella...
    Sentados en una terraza cercana a su domicilio, Katty Lloyd miraba de reojo el rostro anguloso y atractivo del hombre, sus brazos potentes y musculosos y su torso cuadrado y lampiño. No prestaba atención a una conversación trivial sobre jornadas anodinas de trabajo en una oficina. Sus sentidos volaban arrastrados por el delirio de placeres soñados. Lo imaginaba a su lado en la ancha cama de su vivienda cercana, sus labios carnosos besándola, la caricia de sus manos grandes y el deleite de un cuerpo al que vislumbraba perfecto bajo la escasa ropa de verano.
   Era su primera cita con El Musculoso, al que acababa de conocer en un portal de encuentros de Internet. Llevaba algún tiempo buscando en la red al hombre con el que no tenía la suerte de chocarse en su vida cotidiana. El anhelo de Katty, la aspiración en esta etapa de su existencia, se centra en la idea de encontrar al compañero que llene de ternura los momentos agrios del acontecer diario; al macho que envuelva sus noches de pasión; y al amigo con el que compartir inquietudes, sueños y desvelos...  Katty, el Amor y el Sexo
    No había surgido en muchas noches de marcha con sus amigas en El Maligno y otros famosos lugares de la noche de Madrid; no se topó con él en las numerosas salidas con su jefa y amiga Estefanía a una sala de fiestas de postín; y, hasta la fecha, seguía sin acertar con los candidatos que seleccionaba de entre las muchas ofertas que surgían en la pantalla de su portátil...
    Desde que el tipo le envió por e-mail la fotografía que ilustra este relato, Katty tuvo la certeza de que éste tampoco iba a ser el príncipe azul que convirtiera sus sueños en realidades. Aceptó la cita impresionada por la imagen de esa anatomía cubierta de músculos que parecían esculpidos por un maestro de las Bellas Artes. Y pensó en su dueño como en un objeto de deseo, no como en el compañero de vida.
     Estas ideas paseaban por su mente mientras El Musculoso degustaba el café a sorbos cortos y ella sentía los rigores del ardor que atravesaba su cuerpo, en parte por el licor que estaba saboreando y, sobre todo, por la atracción que ejercía su acompañante hacia cada una de las neuronas de su sistema nervioso...
     Terminaron sus bebidas y dieron una vuelta a la manzana a paso lento. El apartamento de Katty estaba perfectamente ordenado y situado justo en la calle de al lado a la que se encontraban, circunstancia que facilitó el primer envite:
-Vivo aquí al lado. ¿Te gustaría conocer mi casa?, le preguntó con la mayor naturalidad.
-Por supuesto, asintió él. Vamos.
     Llegaron y se sentaron en el sofá. El Musculoso empezó a besarla mientras le desabrochaba la camisa y se aventuraba a despojarla del sujetador y de la falda. La desnudó por completo, la cogió en volandas como si se tratara de un pajarillo y la tendió boca arriba. Se quitó la ropa y se colocó sobre ella en posición contraria, postura del 69. Después de llevarla al cenit del placer con su lengua se introdujo en su cuerpo, la embistió con ritmo de experto y consiguió hacerla volver al paraíso al mismo tiempo en que lo disfrutaba él. Unos minutos después se trasladaron del salón al dormitorio y se amaron de nuevo en la cama.
      El Musculoso se marchó pronto. Le explicó que era deportista, que tenía un partido y que no podía quedarse más tiempo. Le aseguró que la telefonearía al día siguiente. Katty no lo creyó ni le dio importancia y, cuando la llamada se produjo, la sorprendió tanto que exclamó un "¡eres tú!", sin disimular un ápice la dicha que le producía escucharlo...
      Katty y El Musculoso han concertado su segunda cita. Puede que no sea el hombre de su vida pero, al menos, lo que hubo entre ellos va a repetirse.
      Os contaré más novedades sobre la pareja en próximas entregas de Ábremelo Ya...

UNA AUTÉNTICA GEISHA

      Emi se convirtió en una auténtica maestra de las artes amatorias
   Como os terminaba contando ayer, Emi Abbott, cual geisha entrenada para la ocasión, besaba y mordisqueaba las articulaciones de Cupido muy despacito, el tiempo parado, mientras él emitía unos alaridos apenas perceptibles... Los Nuevos Mundos de Emi Abbott  Y ella, que había pasado de descubrir el sexo a convertirse en una auténtica maestra de las artes amatorias en su aprendizaje junto a El Polaco El Despertar Sexual de Emi Abbott, subió con precisión y destreza la cumbre de las piernas masculinas hasta alcanzar las zonas erógenas. Percibió entonces el nerviosismo mal disimulado de Cupido, miró de reojo su pene flácido y no pudo evitar preguntarle a qué se debía.
-No estoy acostumbrado a tener a mi lado a una mujer como tú.
-¿Por qué lo dices?, le preguntó en un tono no exento de ingenuidad.
-No suelo tener aventuras.
-¿Y puedes vivir sin sexo?
-Sí. El sexo no está entre mis necesidades primarias. Además, no tengo clara mi sexualidad. Creo que soy bi, confesó tímidamente.
-¿Bilingüe?, inquirió ella luciendo una sonrisa burlona en su semblante.
-No me tomes el pelo, por favor. Estoy un poco avergonzado. No he revelado a nadie mis tendencias.
-¿Qué tendencias? continuó Emi haciéndose la tonta, al tiempo que persistía con exquisita delicadeza, rozando sin llegar a tocar, en su empeño de conseguir la erección de su acompañante.
-Sabes perfectamente a lo que me refiero. No me hagas decirlo.
-¿Yo? Para nada. Solo entiendo lo que me dicen claramente. Soy un poco infantil.
-Bisexual. ¿Ahora lo tienes claro?
-Obviamente. ¿Quiere eso decir que no te gusto? ¿Preferirías que fuera un hombre?
-No, desde luego. Estoy muy bien contigo. El problema es que no consigo empalmarme. Ayúdame, le pidió.
-Ya lo hago, contestó ella al tiempo que seguía mordisqueando las ingles masculinas.
     Una aseveración repetida de El Polaco inundó entonces la mente de Emi Abbott: “un hombre siempre te recordará por lo bien que sepas comerle la polla”, le aseguraba con insistencia durante aquel proceso de aprendizaje en el que ella, como su alumna más aplicada, se esforzaba por introducir al completo el vaso de cubata en su boca sin que un solo amago de arcada apareciera para entorpecer su quehacer. Los músculos de su garganta, acostumbrados a ejercitarse con semejante herramienta, estaban ya lo suficientemente dilatados para asumir cualquier recibimiento. No tuvo que esmerarse mucho para conseguir que aquel pene flácido reviviera de su letargo. En pocos minutos, el semen de Cupido inundó su rostro con el color de la nata y el sabor del mar. Exhausto de un gozo que hasta entonces no recordaba haber sentido, retiró con delicadeza y la ayuda de un suave pañuelo blanco el líquido viscoso de las mejillas de Emi, que sonreía orgullosa y convencida de que solo una auténtica geisha como ella era capaz de semejante proeza.
    Esperó a que Cupido se quedara dormido para marcharse con sigilo de su casa. No deseaba que el hombre la correspondiera porque no lo necesitaba. Asumió su papel con tal veracidad que convirtió en suyo propio el placer ajeno. Con una sonrisa ancha dibujada en sus labios, apuntó su número de teléfono en un trozo de papel, lo dejó sobre la mesilla de noche y salió de puntillas de aquella casa. Convencida de que Cupido había caído en sus redes y no tardaría en llamarla, bajó las escaleras con la satisfacción del guerrero que vuelve victorioso de una cruenta batalla.

martes, 29 de mayo de 2012

Los Nuevos Mundos de Emi Abbott

      Emi identificó con Cupido a aquel melenudo de rostro lánguido...
   Si Katty Lloyd se quitó las espinas de su amante belga en los brazos de un italiano de poderosa musculatura y ancha cartera Un Ave Fénix llamada Katty LloydEmi Abbott, tras constatar que El Polaco no estaba dispuesta a visitarla solo cuando a ella le conviniera, cogió del brazo a Olivia N. y se echó a las calles dispuesta a buscar otra compañía con quien desfogarse durante las largas ausencias de su fogoso amante... El Despertar Sexual de Emi Abbott
     En esta ocasión no fue necesario llegar a El Maligno para salirse con las suyas. Olivia la llevó a un club de Malasaña llamado Lola y frecuentado, básicamente, por artistas en el más amplio sentido de la palabra. Se acomodaron al fondo de la barra y, charla va charla viene, se tomaron dos mojitos cada una. Cuando fueron a pagar, Emi, que parecía de la Casa Real y nunca llevaba encima dinero en metálico, extendió sonriente su Visa Oro. El camarero le devolvió la sonrisa acompañado de un “esa tarjeta no la aceptamos”. Además, la máquina estaba averiada y resultaba imposible pagar la cuenta con dinero de plástico. Las dos amigas se miraron en plan ¿ahora qué hacemos?, al tiempo que tres tipos que estaban en la barra, atentos a la jugada, sugirieron al camarero que dejara la cuenta de las señoritas pendiente para otro día. “Así se sentirán obligadas a volver. Te estamos proponiendo un buen negocio”, espetaron, y el camarero se dejó convencer. Así allanaron el camino para entablar conversación y Emi, que había identificado con Cupido a uno de los tipos del grupo, vio también allanado su propio camino y les siguió el juego. Pidieron dos mojitos más, ahora invitadas por sus nuevos amigos, y terminaron aceptando la propuesta de tomar otra copa en casa de uno de ellos, justo enfrente del local. La suerte, que siempre solía ponerse al lado de Emi, quiso que el anfitrión fuera, precisamente, el melenudo de rostro lánguido en quién creyó ver a Cupido.
     El hogar de Cupido era una buhardilla con un amplio salón-estudio y un altillo donde se ubicaba el dormitorio. Despedía un suave olor a óleo fresco -"es que soy pintor"- explicó él, y el cielo se abrió bajo los pies de Emi . ¡Con lo que le gustaba presumir de sus conocimientos en la materia! Escudriñaron cada lienzo que colgaba de aquellas paredes con sus miradas, gestos y palabras. Se sonreían mutuamente y no dejaron pasar mucho tiempo para regalarse unos cuantos besos tímidos... Olivia se percató de la jugada y tampoco dejó pasar mucho tiempo para soltar con su habitual desparpajo, de pie y con las manos en jarra: “Vamos a otro sitio, chicos, que éstos seguro que quieren follar”. Por arte de magia, desapareció en un instante con los amigos de Cupido y dejó a Emi a merced del juego de la seducción.
     No penséis que el asunto fue coser y cantar. Aunque parecía muy fácil, en demasiadas ocasiones ocurre que el camino de la seducción no es tan corto como parece y surgen recovecos cubiertos de piedras... De repente, Cupido empezó a ponerse nervioso y sus dedos temblaban cuando se disponía a desabrochar el primer botón de la camisa de raso azul que llevaba Emi. Ella se dio cuenta de que algo raro pasaba y no quiso darle importancia. Fue a lo suyo y empezó a masajear suavemente las terminaciones nerviosas de su compañero, empezando por los tobillos y subiendo con destreza, cual geisha entrenada para la ocasión, por las piernas del hombre hasta detenerse en las articulaciones de sus rodillas. Besó y mordisqueó los tendones masculinos muy despacito, el tiempo parado, mientras él emitía unos alaridos apenas perceptibles...
     En la próxima entrega de Abremeloya tendréis la oportunidad de conocer al detalle lo que aconteció después. La crónica completa sería demasiado larga...

lunes, 28 de mayo de 2012

Un Ave Fénix llamada... Katty Lloyd

      Llamada inesperada seguida de noche apasionada
    Pasaban los minutos, las horas, los días y los meses... Y el agua surcaba la blanca piel del rostro de Katty como una catarata sin rumbo, un tren descarriado que había perdido el norte y no conocía el camino para llegar a su destino. Cuando se va, el amor deja un vacío que huele a tarde lluviosa de invierno, sabe a ácido y se siente como un enjambre del alfileres clavados en cada poro de la piel. Acomodada en una confortable chaise longue,Katty Lloyd recorría con su mirada azul cada rincón de su apartamento de niña bien del barrio de Salamanca y no acertaba a comprender tanta melancolía ni a explicarse a sí misma el sentimiento de pérdida y de vacío que la invadía por completo. Otra vez sufriendo por amor... Después de haberse jurado que no volvería a ocurrirle. De creer que había tocado fondo cuando sufría por el que creyó el hombre de su vida, el padre de su hijo, y vio derrumbarse como un frágil castillo de arena de la playa el proyecto de vida que había creado junto a él. Y ahora, tres años después de la ruptura, maldecía haberse enamorado hasta el tuétano de un extranjero que la había camelado para llevársela a la cama. Un tipo que no la amaba porque ya tenía a otra, y a ella le dejaba las sobras... Katty, su Amante Belga y el Abismo
     Ensimismada en sus pensares estaba cuando el sonido del teléfono la catapultó a la realidad de cada día. Miró la pantalla de su IPhone y vio el número de la directora de una de las agencias de modelos con la que colaboraba habitualmente. No dudó un instante en atenderla y dejó escapar de sus labios un sonriente ¡Hola! Para su sorpresa, no se trataba de una llamada de trabajo, sino de ocio. Su interlocutora la invitaba, esa misma noche, a cenar y a tomar unas copas con unos amigos italianos que estaban en Madrid de viaje de negocios. En principio, se negó, pero no fue necesario que le insistieran mucho para aceptar. “¡Vamos, nena, a disfrutar!”, se repetía a sí misma mientras buscaba en el armario de su dormitorio un vestido que combinara con las sandalias que había comprado un día antes, planas y con tiras adornadas de lentejuelas de colores. Sandalias que, por cierto, dieron mucho juego... Sigue leyendo y sabrás por qué.
    Estefanía, la directora de su agencia, la recogió en un taxi varias horas después. El vehículo las dejó en la puerta de un coqueto restaurante del norte de Madrid. En la mesa reservada para la ocasión, un par de atractivos caballeros se levantaba amablemente para agasajarlas con una cordial bienvenida y una colección de amables piropos. Durante el transcurso de la copiosa cena, Katty constató que uno de ellos no le quitaba el ojo del escote de su ceñido vestido negro. A ella, en principio, el tipo no le gustaba... O mejor dicho, no le caía bien. Hablaba sin parar de negocios y de complicadas inversiones en obras de arte y otros objetos de valor. Una conversación que, además de no interesarle, la aburría soberanamente. Pero la primera impresión no es siempre la válida, y Katty cambió de parecer conforme avanzaba la noche. Después de cenar y tomar varias copas se dirigieron a una discoteca y ella, con los pies reventados a causa de sus sandalias nuevas, buscó un asiento donde acomodarse un rato y se negó a bailar. Fue entonces cuando el italiano, en un gesto que resultó decisivo para llevársela al huerto, despojó sus pies doloridos de las incómodas sandalias, los acarició suavemente y los calzó con las deportivas de marca que llevaba puestas. A Katty le entró un ataque de risa cuando vio que el galán intentaba ponerse sus sandalias de lentejuelas... Y a partir de aquel gesto, todo salió rodado... El caballero le propuso terminar la velada en su hotel... Un cinco estrellas que, casualmente, se encontraba en su barrio.
   Y Katty, como el Ave Fénix, resurgió de sus cenizas en los brazos de aquel desconocido que besaba apasionadamente cada centímetro de su piel temblorosa. Atrás quedaron las lágrimas derramadas y los sinsabores de un amor marchito. La visión del cuerpo musculoso y la tremenda herramienta enhiesta de su acompañante abrieron en canal su mente y todo lo demás... Se entregó por completo al placer del sexo... La potencia desmedida de su amante la hizo gozar sin remilgos ni cortapisas, vacía su cabeza de extraños pensamientos y su ser al completo pletórico de un placer vibrante y duradero.
     Unas horas de sexo ardiente y sin tapujos. Un desayuno que le supo a gloria en una lujosa habitación de hotel. Y una despedida sin ápice de amargura. El caballero le pidió su número de teléfono y Katty se lo dio. Henchida de gozo y vacía de culpa, no quería pensar en nada...

El Muchacho de la Falda Escocesa

     "Esta noche voy a terminar quitándote la falda"
    Antes de conocer al hombre que se convirtió en su marido y padre de su único hijo, Olivia NMis Amigas  tenía un novio al que plantó por ese hombre que creyó el amor de su vida. El novio, dolorido por el abandono, le echó en cara que lo sustituyera por otro más rico... No fue ése el motivo y Olivia se lo repitió una y otra vez... Se había enamorado de verdad y, con la fuerza que embiste la pasión a los veinticinco años, lo dejó todo para seguir a quién consideraba su gran amor. Hasta el punto de prescindir de su negocio recién abierto y funcionando a las mil maravillas; de su familia, de sus amigos y de su ciudad. Se trasladó a Madrid con lo puesto, en pos de quién veía como a su príncipe azul, aunque más pronto que tarde se convirtiera en sapo....
    Años después trajo un precioso niño a este mundo, y la vida también le trajo a ella una buena dosis de infelicidad conyugal. A veces recibía cartas de su ex novio, en las que le aseguraba que era el más hermoso de los amores que había tenido y que nunca la olvidaría. Y sus lágrimas borraban la tinta con la que ese primer amor escribía siempre la misma frase: “sueño con acariciar de nuevo tu piel color de aceituna...”
    A través de amigos comunes, al novio le llegó la noticia del divorcio y corrió de nuevo a buscarla. Olivia acababa de comprarse una casa en la playa, cerca de la ciudad donde ambos nacieron, y decidió estrenarla con él. Rememoraron juntos el primer día en que se conocieron. Él trabajaba de camarero en un bar escocés situado en la misma localidad costera y vestía falda de cuadros a la usanza... Ella acudió allí son sus amigas y, en la primera ocasión que tuvo, le soltó un “esta noche voy a terminar quitándote la falda”. Ya era una mujer con las ideas muy claras y pisaba fuerte... Vivieron un romance intenso y corto que el muchacho de veintiuno convertido en hombre de treinta y cinco no conseguía olvidar.
     Estaban allí de nuevo, en una casa vacía que olía a obra y a pintura terminándose de secar. Los años pasados no restaron ímpetu a la pasión que disfrutaban cuando fueron novios y eran tan jóvenes. Más bien al contrario. Olivia se vio primero y se soñó después empotrada contra la pared lisa y recién acabada, los brazos musculosos rodeándola, el miembro viril excavando su interior con destreza, sus gritos de placer rompiendo el silencio que los rodeaba... Muchas veces imaginó dormida y despierta la mañana de gozo con la que celebró el estreno de su flamante vivienda en la playa...
      En los días, los meses y los años sucesivos, su cerebro reproducía con cierta frecuencia las escenas de aquel encuentro y la fotografía del cuerpo musculoso del muchacho de la falda escocesa que fuera su primer amor revoloteaba por su cabeza cual mariposa atraída por el polen de la flor deseada...
      Ayer mismo las fantasías y ensoñaciones de Olivia tocaron la realidad. Cuando llegó a casa después de pasar una jornada de diversión familiar, encontró el siguiente mensaje en su contestador automático. “Necesito verte. Tengo una nueva kilt que te va a encantar”. Aunque había pasado cuatro años sin escucharla, reconoció su voz. No le hizo caso porque estaba atareada y tampoco entendía la palabra kilt. Siguió a lo suyo hasta que un rato después sonó el teléfono. Era él. Le aclaró que una kilt es una falda escocesa, que tenía una nueva y que soñaba sin cesar con que ella se la quitaba.
     Mientras su hijo jugaba con sus primos en el salón, Olivia mantenía una fogosa conversación telefónica en la cocina y rememoraba el empotramiento contra la pared recién pintada del salón de la casa de la playa. Le parecía sentir el contraste de su cuerpo caliente con el frío suelo de la vivienda recién estrenada donde se amaran la última vez, pero estaba en la cocina de su casa de Madrid escuchando susurros sugerentes y sintiendo a su sexo humedecerse... Quedaron en verse pronto. Él le aseguró que la visitaría en breve...

domingo, 27 de mayo de 2012

Un suculento picnic

Tortilla de patatas y filetes empanados
En lugar de una receta de cocina al uso, hoy he preparado un picnic, Me voy con Mis Amigas y nuestros niños a pasar el día a Madrid Río, la playa de Madrid. El menú: filetes empanados y tortilla de patatas. He optado por hacer estos platos antes que preparar bocadillos. Tanto los filetes empanados como la tortilla tienen la ventaja de que se pueden comer fríos y están igual de ricos. La tortilla le he cocinado siguiendo una receta que ya he traído a estas páginas Tortilla de patatas con secreto, truco y acompañamiento. Los filetes, de la siguiente forma:
Ingredientes: un kilo de filetes de jamón de cerdo, 2 o 3 dientes de ajo, una rama de perejil, 2 huevos, sal, pan rallado, zumo de limón.
Modo de Preparación: Se quita la grasa que rodea a los filetes y se les hacen pequeños cortes en los extremos con el fin de que no se arruguen al freírlos. Se pican el ajo y el perejil muy menuditos y se echan sobre la carne junto a la sal y unas gotas de zumo de limón. Se baten los huevos y se sumergen los filetes en ellos. Es conveniente dejarlos así durante un par de horas, al objeto de que la carne esté más tierna. A continuación, se envuelven en pan rallado y se fríen en aceite de oliva bien caliente hasta que estén dorados.  
    Con estos alimentos, pan del día y bebidas frescas tenemos un suculento picnic. Para completar la jornada solo falta la clásica mantita sobre la que colocar la comida (a ser posible, de cuadros) y una buena compañía...  


sábado, 26 de mayo de 2012

Tortilla de patatas con secreto, truco y acompañamiento

     Cena de sábado resuelta con una receta sencilla y exquisita
     Si tenéis invitados a comer o a cenar y estáis faltos de inspiración, os recomiendo un plato tan típico y sabroso como la tortilla de patatas. La he preparado hoy sábado para mi hijo y su amigo y... ¡han rebañado los platos! Pero no creáis que se trata de una tortilla al uso. Ésta que os propongo guarda en su interior un pequeño secreto que la hace más jugosa, tiene un sencillo truco que es el causante de su gran volumen y sabe exquisita si se acompaña de una mayonesa casera muy suave y fácil de hacer. A quienes tengan la suerte de estar acompañadas de pareja, amante o amigo especial les propongo una tarea para el susodicho: pelar las patatas y la cebolla y cortarlas en trozos pequeños. En caso de que proteste o se haga el remolón, decidle que hay premio si cumple bien con el encargo (supongo que sabéis a qué premio me refiero, ja, ja...)
     Ingredientes:
    Para la tortilla: 3 patatas de tamaño mediano, un calabacín pequeño, media cebolla, 4 o 5 huevos, sal y aceite de oliva.
    Para la mayonesa: 1 huevo, una cucharada pequeña de zumo de limón, un vaso de aceite de girasol y una pizca de sal.
     Elaboración
    La tortilla: Se pelan las patatas, la cebolla y el calabacín y se cortan en trozos pequeños. (No importa qué forma tengan porque no se van a ver). Seguidamente, se pone al fuego una sartén anti adherente y honda y se llena de aceite de oliva hasta la mitad. Cuando el aceite esté caliente se fríen en él las patatas y se reservan. (Aconsejo que no las dejéis mucho tiempo ni que esperéis a que se frían del todo porque en ese caso quedarán algo duras). Es mejor que las retiréis del fuego cuando estén tiernas y empiecen a dorarse. A continuación, y en el mismo aceite, se fríen la cebolla y el calabacin y se reservan. Se baten los huevos en una fuente o cacerola honda y se añaden las patatas, la cebolla, el calabacín y sal a gusto. El siguiente paso consiste en mezclar muy bien estos ingredientes con los huevos, triturarlo todo con un tenedor y formar una masa. Cuando esté lista, vaciar el aceite de la sartén y volver a ponerla al fuego. Echar la masa que teníamos preparada y extenderla por todo el recipiente, tapar la sartén y dejar el fuego al mínimo durante 5 minutos aproximadamente. Aquí está el truco al que me refería: la tortilla crece y su volumen aumenta porque está tapada. Con la ayuda de una tapa o un plato grande y llano, darle la vuelta y mantenerla tapada otros cinco minutos a fuego mínimo. Retirar, colocar en un plato, y... ¡a disfrutar!
    Ya os he desvelado el truco de esta tortilla pero, ¿cuál es el secreto? No se trata de ningún complicado jeroglífico. Es, simplemente, el calabacin, responsable del jugo que caracteriza a la tortilla. Lo gracioso del asunto es que vuestros invitados notarán el jugo pero no conseguirán descubrir a qué se debe.
     La mayonesa: Poner en el vaso de la batidora un huevo, una pizca de sal, un vaso de aceite de girasol y una cucharada pequeña de zumo de limón. Batir hasta que la mayonesa adquiera consistencia. El truco para que no se corte es, simplemente, no mover el brazo de la batidora mientras está trabajando. Os aseguro que el sabor de esta mayonesa casera y de facilísima preparación no tiene nada que ver con la que venden hecha.
     Os deseo mucho éxito con esta tortilla especial. Yo triunfo cada vez que la preparo. ¡Incluso cuando estoy estresada me sale buenísima!

viernes, 25 de mayo de 2012

La Pobreza Infantil en España

      2,2 millones de niños viven en España en situación de pobreza
    El último informe de UNICEF España sobre la situación de la infancia en nuestro país, titulado “El impacto de la crisis en los niños”, arroja cifras demoledoras sobre la grave situación que atraviesan los niños que viven actualmente en España. Un 26% -2,2 millones de menores de 18 años- abren cada día los ojos en hogares situados en el umbral de la pobreza. Esto significa que los ingresos de una familia compuesta por dos adultos y dos niños no superan los 16.400 euros anuales.
    “La pobreza tiene cara de niño”, aseguró la directora ejecutiva de UNICEF EspañaPaloma Escudero, en la presentación del informe. Por primera vez, el porcentaje de niños que vive en la pobreza o al borde de ella supera al de mayores de 65 años, que hasta 2010 era el colectivo más afectado por la crisis. Y, según apuntan los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la cantidad de menores empobrecidos seguirá aumentando. En España, los niños padecen de forma especial la dureza de la recesión económica. En solo dos años, de 2008 a 2010, el número de menores en situación de pobreza aumentó en 205.000 (un 10%) y se incrementó también la cifra de niños que viven en hogares cuya situación es de pobreza extrema, con menos de 11.000 euros al año para toda la familia. Éste último porcentaje pasó del 9% en 2008 al 13,7% en 2010. Los dos únicos países que superan en toda la Unión Europea esta desdichada situación de miseria infantil son Rumanía y Bulgaria.

     Las causas principales del aumento de la pobreza infantil en España son, según el informe de UNICEF, el crecimiento del paro y la bajada de los salarios. El número de familias con hijos que tienen a todos sus miembros en paro ha pasado de 324.000 en 2007 a 714.000 en 2010, lo que supone un incremento del 120%. La incidencia del desempleo en parejas jóvenes con hijos ha provocado una reducción del gasto en productos de primera necesidad, como alimentación, atención médica o material escolar.

     UNICEF España ha pedido al Gobierno que incluya la protección de la infancia en su agenda política y elabore un Plan Nacional contra la Pobreza Infantil. En este sentido, Paloma Escudero afirma que “los costes de no actuar ahora no solo afectan a los niños y a las familias más vulnerables, sino que comprometen el crecimiento de la sociedad a medio y largo plazo. Hace dos años, en su informe “El Estado de la Infancia en España”, UNICEF alertaba también sobre las situación de pobreza que atravesaba la infancia española y, tal como ha reiterado esta misma semana, solicitaba al Gobierno la puesta en marcha de un Plan Nacional para combatir la pobreza infantil. Nada se hizo entonces y, como era de esperar, aumentó la cantidad de menores que sufren las consecuencias de la crisis. Aunque me encantaría pensar lo contrario, presiento que tampoco ahora ocurrirá nada. La clase política ha demostrado, con su actuación, que le interesan más los bancos que los niños...
    En mi condición de periodista y de madre, he decidido que ésta es la noticia de la semana y por dicho motivo la traigo a estas páginas. Sé que han ocurrido muchas cosas (Hollande-Merkel, reforma laboral, Bankia...) pero creo que nada debería importarnos más que la pobreza que sufre un elevado porcentaje de niños en nuestro país... Antes de acostarme cada noche, miro la carita de mi hijo de 10 años dormido y respiro hondo. “Otro día que ha pasado sin que nada le falte”, suspiro con alivio. Solo le pido a la vida que nos dé, a su padre y a mi, fuerzas para seguir luchando por su bienestar y tener la dicha de verlo crecer como hasta ahora: sano, feliz y despreocupado. Mi mayor deseo: poder decir lo mismo de todos los niños del mundo.
                                                                                                                                    

El despertar sexual de Emi Abbott

     El Polaco la convirtió en una experta en el arte de amar
    Emi Abbott no llegó a disfrutar del sexo durante su largo matrimonio. Con su esposo siempre hacía la postura del misionero y confundía con un orgasmo el placer relativo que dicho acto le producía. Tampoco practicaban juegos de alcoba. Ella no permitía que le hiciera el cunnilingus, aunque tenía la costumbre de agasajar a su marido con una corta fellatio el día de su cumpleaños. (Se aferraba al refrán de “una vez al año no hace daño”).
      
    Todo cambió cuando conoció al El Polaco (el del vaso de cubata, ya sabéis). La primera noche que estuvo con él y sintió dentro de su cuerpo semejante inmensidad tocó el cielo en cada una de las arrancadas de sus movimientos rítmicos. Entonces supo lo que era un orgasmo con todas sus letras y fue consciente de que lo que sentía con su legítimo no merecía tal calificativo.
     Una de las cualidades de Emi es la generosidad y, precisamente por eso, se propuso dar a El Polaco, como mínimo, el mismo placer que ella recibía. Además, le preocupaba el hecho de que él no llegara a correrse después de horas interminables practicando el sexo. Aunque el hombre le aseguraba que gozaba y le insistía en que olvidara el asunto, ella decidió convertirse en su alumna y mejorar sus artes amatorias. En sucesivos encuentros llegó a hacerlo tanto y con tan buenos resultados que consiguió que el vaso de cubata le alcanzara la garganta. (Doy por hecho que habéis captado esta frase pero si hay algún despistado/a, que abra el enlace ¿El Tamaño Importa? o me escriba un comentario). Triunfar con semejante gesta le costó una infinidad de ejercicios de relajación; de técnicas de control de la respiración; de pruebas en diversas posturas... Y no dio por superado el reto hasta que sintió el líquido blanco y pegajoso recorriendo con sigilo toda la extensión de su rostro...
                                           
     En resumidas cuentas: Emi seguía a rajatabla las explicaciones de su pareja y ensayaba con grandes dosis de paciencia cada una de sus lecciones. No le importaba el tiempo porque se paraba durante sus citas con El Polaco. Los móviles se quedaban mudos, el timbre se convertía en piedra, el sueño se esfumaba y los estómagos aguantaban el hambre. El sexo los absorbía tanto que llegaron a conformarse con un solo caramelo en el cuerpo desde un viernes por la tarde hasta la mañana del siguiente lunes. La cantidad y la calidad de lo que había entre ellos era tan alta que los adioses resultaban cada vez más difíciles. Emi empezó a faltar al trabajo con excusas más o menos hábiles y a solicitar a su madre con demasiada frecuencia que se hiciera cargo de sus hijas adolescentes. Y El Polaco perdió tantos aviones que tuvo que pedir a su compañera dinero prestado para hacer frente a los gastos cotidianos. La vorágine sexual y vital que los envolvió les duró mucho y regaló a sus cuerpos las fantasías más audaces que la mente de cualquiera pueda imaginar. En próximas entregas os contaré cómo transcurrió la bajada de la cima. ¿O es que alguien ha pensado que esa fiebre paradisíaca que estaban viviendo iba a durarles siempre? 
                                                                                       

jueves, 24 de mayo de 2012

El Amor, Anhelo Inalcanzable

     El amor, ingrediente indispensable de la felicidad
     Katty Lloyd anhela encontrar el amor de verdad. Así, tal como suena, con todas sus letras. Un hombre con el que compartir el resto de su vida. Que la admire, la respete, la quiera y la haga feliz, dentro y fuera de la cama. El amante. El compañero. El otro yo.
    Muchos pensaréis que ésa es la aspiración -más o menos admitida- de cualquier ser humano, pero no todas las personas lo sienten así. Hay espíritus libres, como Olivia N. y Wynie Smith, que se niegan a abrir los ojos al lado del mismo compañero todos y cada uno de los días... Y a ello unen su condición de madres entregadas, nada dispuestas a compartir con ningún hombre distinto a sus hijos el espacio vital. Finalmente, están también quienes viven entregados al éxito profesional, a triunfar y a cosechar influencias, poder y dinero. Esta última tarea requiere una elevada dosis de energía y resta dedicación a la pareja o a la familia, que pueden sentirse agraviados por un ser amado que nunca tiene tiempo para dar o recibir un beso, un mimo o una caricia. Es el caso de Emi Abbott, enamorada hasta el tuétano de El Polaco e incapaz de plantearse siquiera la posibilidad de vivir con él, pese a la insistencia masculina. Y si algo tienen en común personalidades tan distintas es la búsqueda del amor, en la medida en que lleve a cada cual a llenar sus huecos y a encaminar su ser por la senda de la felicidad.
    Mis Amigas se han divorciado después de larguísimos matrimonios con finales conflictivos. Liberadas ya de dañinas relaciones conyugales, cada una de ellas explora a su manera la forma más adecuada de disfrutar de las mieles del amor...
    Katty busca a su media naranja en las barras de los bares, las pistas de baile de las discotecas o la pantalla de su ordenador. No sabe dónde la hallará, pero su educación, cultura y convicciones hacen que tenga claro que existe. El recuerdo de sus padres y el perfecto matrimonio de su hermana la impulsan a salir a la calle cada mañana pensando que él, el hombre de verdad que necesita, la espera a la vuelta de la esquina. Una certeza que la llevó, días atrás, a aceptar la proposición de un caballero con el que había chateado un par de veces en un portal de relaciones de la red. La invitaba a desayunar en el Café de la Ópera y ella, sin pensárselo mucho, le dijo que sí. De aquella cita solo se llevó el placer de degustar un suculento desayuno en tan exquisito lugar. El galán no le gustó. Su conversación no le interesaba y encontraba esquiva su actitud: en ningún momento la miró a los ojos, indicio éste que, para Katty, jugaba una importancia crucial a la hora de empezar una relación.
     Olivia no quiere vivir con nadie que no sea su hijo, pero necesita sentirse enamorada. De hecho, se cree enamorada de todos los hombres con los que ha mantenido relaciones, aunque ese sentimiento sea tan efímero que, en la mayoría de las ocasiones, ni siquiera le permite disfrutarlo. De hecho, se esfuma en el momento en que alcanza el éxtasis sexual y se pregunta qué hace al lado del susodicho. Le gustaría tener una pareja estable, aunque viviendo en casas separadas. Lo ha intentado con El de 28 El Reencuentro de Olivia y El de 28 y con El Cubano Un Mulato de Ojos Verdes y un Poema para Olivia
No ha resultado en ninguno de los dos casos.
    Wynie, espíritu libre, no busca ni quiere una pareja. Solo un amigo especial con el que compartir el tiempo de ocio, que la haga reír y disfrutar en la cama y fuera de ella. Hasta la fecha, no tiene claro haberlo encontrado, aunque recientemente ha conocido a alguno que apunta maneras...
      Emi es la única del grupo que, nada más huir con lo puesto del domicilio conyugal, se topó de bruces con un nuevo amor que entró en su vida con la fogosidad del rayo: El Polaco. El Despertar Sexual de Emi Abbott  Iniciaron de inmediato una relación pasional y tormentosa que ha pasado por varios altibajos en sus casi tres años de existencia. Siguen viviendo en países distintos y viéndose de vez en cuando, y Emi se tortura pensando en el día en que su hombre se plante y le diga que no quiere volver a verla. Le ha pedido mil veces que compartan sus vidas: las mismas que ella se ha negado. Fogosa Despedida Es consciente de que si persiste en su empeño acabará perdiéndolo. Se lo ha dicho su propio amante, que tiene 61 años y la considera el último tren de su vida. “O me subo o lo dejo marcharse. Tú decides”, le plantea como una especie de ultimátum en los momentos finales de cada uno de sus encuentros...  

Croquetas caseras en dos actos

     Para preparar las exquisitas croquetas que muestro en las fotos necesitas, básicamente, dos cosas: una elevada dosis de paciencia y la misma de amor, pasión o deseo, según encarte. La familia, amigos o el amante de turno te lo agradecerán. Si se trata de éste último, pídele que haga de pinche para llevarse luego un beneficio extra...
                                                 
     
     Ingredientes:
-La compañía de la pareja, amante de turno, amigo especial, ínclito o susodicho.
-300 gramos de pollo y/o carne sobrante del cocido o de cualquier otro guiso (pollo asado, por ejemplo).
-Media cebolla, un diente de ajo y un vaso de caldo de carne o de verduras.
-Aceite de oliva, medio litro de leche, dos cucharadas soperas bien colmadas de harina, uno o dos huevos batidos, pan rayado, sal y una pizca de pimienta.
     Elaboración:
    Es importante acordarse de hacer croquetas cuando tengas caldo de verduras o de cocido, y si además te han sobrado carne o pollo de éste último guiso, mejor. Lo ideal es la compañía del amante de turno o amigo especial. En caso de que los invitados sean amigas/os, qué le vamos a hacer. Digo esto porque el segundo acto no será tan entretenido... Sigue leyendo y averiguarás por qué.
     Primer acto: Pon al susodicho/a a picar media cebolla y un diente de ajo muy menuditos y a deshacer la carne. Si la visita son tus amigas, lo ideal es que emprendan una conversación jugosa mientras te ocupas tú. Terminada esta labor hay que cubrir de aceite de oliva una sartén grande y plana y sofreír la cebolla y el ajo. Cuando estén dorados, añadir la carne, sal, una pizca de pimienta y mezclar. Echar un vaso de caldo y remover. Ya está listo para hacer la bechamel con la participación de la pareja en cuestión, si es que está. Dejar el preparado de la sartén a fuego lento, añadirle dos cucharadas soperas de harina y, con una cuchara de madera, remover y remover hasta deshacer los grumos. Echar medio litro de leche y seguir removiendo.
    Segundo acto: Es necesario permanecer así, muñeca en danza y a fuego lento, unos 45 minutos como mínimo, hasta que la bechamel adquiera la consistencia adecuada para poder liar las croquetas. Mi consejo es que pongas una música sugerente, te muevas al ritmo y que el susodicho/a, por detrás, pasee sus manos por toda la extensión de tu anatomía, también al ritmo. Vosotros calcularéis el tiempo necesario para culminar ambos actos, el culinario y el sexual. Aviso a navegantes: si os dejáis arrastrar en exceso por esta última actividad corréis el riesgo de que se quemen la bechamel y más cosas. En caso de que os azote la prisa, controlarla y terminar la masa. Como es necesario que se enfríe antes de fabricar las croquetas, queda un margen de varias horas para entregarse con dedicación exclusiva al acto por excelencia (supongo que  no tengo que deciros cuál es)
                                                                 
     Saciado el deseo sexual tendréis mejor disposición para llevar a buen fin el tedioso proceso de empanar las croquetas, paso imprescindible para saciar el gastronómico. Poneros los dos, tenedor en mano, a darle forma a la masa. En caso de que no tengáis claro cuál deberían adoptar vuestras croquetas, el asunto consiste en tomar la medida de una de las unidades del par del ínclito y moldearlas en consecuencia. El jueguito puede dar para mucho, porque seguro que cada uno de vosotros modela la croqueta de un tamaño distinto (mayor la que haga el macho, ya veréis...). Una vez formadas, mojarlas en huevo batido primero y después en pan rallado. Freírlas en aceite de oliva muy caliente y cuando se enfríen, a disfrutar...  Un planazo estupendo para el fin de semana, con el que saciaréis las dos necesidades más básicas de cualquier ser humano. ¿Qué os parece? Espero vuestros comentarios.