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Un blog de relatos eróticos y cocina con solera. Los relatos narran las aventuras de cuatro mujeres divorciadas y sus conversaciones sobre sexo y hombres. Las recetas se elaboran siguiendo viejos cuadernos de cocina, escritos a principios del siglo XX


La Novia del Rey

    El presunto romance de Don Juan Carlos y una aristócrata alemana
  Hoy he creído conveniente hacer un alto en los relatos eróticos característicos de Abremeloya para comentar un romance de alta alcurnia que ya es un hervidero en la red: el que presuntamente mantiene el Rey don Juan Carlos con la aristócrata alemana Corinna zu  Sayn-Wittgenstein.
    Esta elegante dama rubia de 46 años y amante de la vela y la caza -dos aficiones que comparte con el monarca- mantiene, según todos los indicios, una estrecha relación con don Juan Carlos y fue la persona que organizó la polémica cacería de elefantes en Botsuana, en la que el rey se fracturó la cadera derecha. Las redes sociales reprodujeron en los últimos días una imagen en la que aparece el monarca español portando un rifle junto a un elefante muerto. Luego se supo que la foto, colgada en la web de la firma Rann Safaris, fue tomada en otra cacería celebrada en el mismo país en 2006. Precisamente, el año en el que, al parecer, empezó el regio romance. Se ha publicado, además, otra fotografía en la que se ve al Rey junto a su supuesta amante y dos caballeros más: el joyero británico Patrick Mavros y su hijo Alexander
                         
   De Corinna sabemos que es divorciada y madre de dos hijos; que pasa largas temporadas en España, al parecer muy cerca del Palacio de la Zarzuela; y que organiza cacerías en África exclusivas para nobles y multimillonarios. Aunque la Zarzuela no ha desvelado quién acompañaba al Rey en su polémica aventura cinegética, el rumor de que viajó en un jet junto a su distinguida amiga ha corrido de web en web y ha adquirido visos de certeza. Es probable que, de no haber ocurrido el accidente, este viaje privado de su Majestad no hubiera trascendido a la opinión pública.
   El aireado romance del jefe del Estado español y la aristócrata alemana no es nuevo. Las informaciones publicadas en los últimos días sitúan sus inicios en la isla de Lanzarote en 2006. La periodista Pilar Eyre mencionó dicha relación extraconyugal en su polémico libro "La soledad de la Reina" (La Esfera de los libros, 2011). Y en su artículo “Historia de cómo la Corona ha entrado en barrena” el ex director de ABC José Antonio Zarzalejos daba carta de certeza al asunto. Textualmente, decía que “su estrecha e íntima amistad con Corinna zu Sayn-Wittgenstein ha dejado de constituir un rumor para convertirse en una certeza, hasta el punto de que existe ya documentación acreditativa de que acompaña a Don Juan Carlos en viajes al extranjero y asume funciones de representación oficiosas”.
    El Rey de España, como cualquier ser humano, no está libre de los envites del amor. No me parece mal que se haya enamorado, y ni siquiera criticaría que se divorciara, puesto que estaría ejerciendo un derecho que existe para todos los españoles. El problema, desde mi humilde punto de vista, radica en la representación -oficial u oficiosa- de su real persona que haya podido delegar en su presunta y distinguida amante; además del gasto de dinero público que conllevan los exclusivos encuentros cinegéticos que organiza la dama. Paso a comentar brevemente ambas cuestiones:
    La Constitución española, en su artículo 56, dice que “la persona del Rey es inviolable yno está sujeta a responsabilidad. Sus actos deberán estar siempre refrendados ... careciendo de validez sin dicho refrendo”. Y, según el artículo 64, solo el presidente del Gobierno, los ministros correspondientes o el presidente del Congreso podrán refrendar los actos del Rey. Si es cierto, como se ha dicho, que la señora Sayn-Wittgenstein ha actuado como “representante” del monarca español ante el Príncipe Alwaleed bin Talal, miembro de la Familia Real de Arabia Saudí, dicha “representación” podría haber conculcado el mandado constitucional. ¿Qué gestiones ha realizado esta señora en nombre del Rey de España ante el citado príncipe árabe? Creo que Zarzuela debería aclararlo, y que los ciudadanos merecemos una explicación en este sentido.
    Otro asunto es el del gasto. Según afirman fuentes de Palacio, el Rey fue invitado a la polémica cacería en Botsuana. Sin embargo, se ha publicado que viajó acompañado de dos escoltas y un médico, cuyos honorarios sí estarían corriendo a cuenta del erario público. En cualquier caso, no parece muy ético que en estos duros tiempos de crisis económica, con miles de familias españolas en el paro y sufriendo estrecheces, el monarca se dedique a cazar elefantes en exclusivos safaris organizados para disfrute de unos pocos privilegiados. Sin olvidar lo incongruente que resulta que don Juan Carlos, presidente de honor, hasta la fecha, de la organización para la Conservación de la Naturaleza WWF, se dedique a cazar elefantes.
      ¡Espero vuestros comentarios a la noticia!

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