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Un blog de relatos eróticos y cocina con solera. Los relatos narran las aventuras de cuatro mujeres divorciadas y sus conversaciones sobre sexo y hombres. Las recetas se elaboran siguiendo viejos cuadernos de cocina, escritos a principios del siglo XX


jueves, 20 de diciembre de 2012

TENTADORA OFERTA

     Wynie y El de 28 terminaron la fiesta en el apartamento de ella...
    La última noche que Wynie Smith iba a pasar sola en Madrid, antes de marcharse con su hijo de vacaciones a la casa familiar de Las Palmas de Gran Canarias, había pensado ir a El Maligno. Como el lugar no se ambienta hasta las 4 de la madrugada, decidió dormir unas horas y levantarse con tiempo para darse una ducha, arreglarse y llegar caminando hasta el local. El sonido del teléfono interrumpió su sueño intempestivo. Al otro lado del hilo una voz, en principio, desconocida.
    -Hola, Wynie. ¿Tienes algún plan para esta noche?.
    -Si, no, no sé, respondió dubitativa y adormilada. ¿Quién eres?, le preguntó.
    -El de 28. Te acuerdas de mi, ¿verdad?
    -Sí, claro. El novio de mi amiga Olivia.
  -Bueno, eso de novio me ha sonado muy fuerte. En todo caso, amante. Pero no te he llamado para hablar de ella, sino para quedar contigo. Aunque solo te haya visto dos veces, me caes muy bien y me encantaría salir contigo esta noche. Si no tienes otro plan, claro.
    -No especialmente. Pensaba ir a El Maligno. LA NOCHE DE ABREMELOYA!!! II
    -¿Sola?
    -Sí, contestó, tajante y sin dudar.
   -Te propongo que salgamos a tomar algo tú y yo, sobre las doce, y a la hora de ir a El Maligno, te acompaño, si quieres. Ya he estado dos veces.
   -En ese caso, de acuerdo. M., el dueño, no deja entrar en su casa a hombres que no conoce. Me ha dicho en varias ocasiones que no lleve a gente nueva, que no necesita más clientes...
    Se citaron a medianoche en un bar con DJ cercano al domicilio de Wynie. Nada más despedirse ésta marcó el teléfono de su amiga Olivia, que estaba de vacaciones en la playa, para darle la noticia.
   -Me ha llamado El de 28 y he quedado con él. Quiero que lo sepas, pero no te preocupes en absoluto.
   -Quiere acostarse contigo. Me lo dijo hace poco y no me importa. Haz lo que te apetezca, Wynie.
    -No voy a negarte que tu amor está bueno, pero para ti. A mi no me gustan los hombres de mis amigas. No me lo tiraría ni aunque fuera más guapo que Brad Pitt.
   -Por mi no lo hagas, en serio. He asumido cómo es El de 28. Ahora entiendo mejor nuestra relación y no me preocupa que me sea infiel. También yo me voy con otros cuando me apetece. Si quieres, tienes el camino libre. Te repito que no me importa.
    -A mi sí. Te repito también que los hombres de mis amigas no me ponen.
    -Bueno, eso me lo contarás mañana. Te llamaré para que me des la crónica.
    Se despidieron entre risas y Wynie se dispuso a arreglarse para la cita. El de 28 llegó veinte minutos tarde y se llevó casi otros 20 pidiendo perdón.
    -No soy católica. No creo en la culpa, ni en el pecado, ni en el perdón. Solo te pido que seas puntual el próximo día que volvamos a quedar, si es que llega, le dijo ella.
    Así empezó una noche en la que hablaron, rieron y bailaron. Congeniaron de maravilla y a Wynie dejó de sorprenderle que Olivia estuviera perdidamente enamorada de un chico tan joven. “La verdad es que El de 28 promete”, pensaba para sus adentros. No obstante, tenía claro que rechazaría cualquier proposición subida de tono que le hiciera. Era de las mujeres que considera indecente liarse con el novio, amante o ligue de una amiga. Y, tal como le advirtió Olivia, tuvo varias a lo largo de la madrugada. En una ocasión la besó en las comisuras de los labios y no siguió por la retirada de ella, en otra le tocó el trasero y en una tercera le dijo que la deseaba...
    No voy a alargar más este relato. Solo deciros que Wynie y El de 28 terminaron la fiesta en el apartamento de ella. Lo que aconteció entre los dos os lo contaré mañana...

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