.

.
Un blog de relatos eróticos y cocina con solera. Los relatos narran las aventuras de cuatro mujeres divorciadas y sus conversaciones sobre sexo y hombres. Las recetas se elaboran siguiendo viejos cuadernos de cocina, escritos a principios del siglo XX


miércoles, 28 de noviembre de 2012

BUSCANDO EL OLVIDO EN OTROS BRAZOS

 ...Con el cuerpo dolorido después de una noche de sexo ardiente, dio patadas y puñetazos por todos los rincones de su casa...
    Unos minutos después de que Ése se marchara de su cama y de su casa, Wynie decidió echarlo también de su vida. Ya conocía la experiencia de amar a un hombre casado. La había vivido en sus tiempos de cronista parlamentaria MIS AMIGAS, estando ella también casada. Su mente se inundó de los recuerdos de aquel amor prohibido... De los encuentros furtivos en los baños del Congreso de los Diputados, del murmullo de unas llamadas con más silencios que palabras, de las disculpas absurdas, de los escondites y de las citas a ciegas. Una experiencia que la dejó traumatizada durante muchos meses. Sobre todo, porque estaba convencida de que si Rodrigo, su ex marido, no la hubiera sorprendido liada con el político en su coche, no le habría discutido la custodia de su hijo. A ello unía la sospecha de que la pérdida de su trabajo de toda la vida en Europa Press estuvo también relacionada con el “se acabó” que le soltó a su amante después de la pillada.
    No había vuelto a coincidir con el político en los más de dos años transcurridos. Lo había borrado de su mente y de cada poro de su piel. Nunca pensaba en él, ni siquiera cuando escuchaba su nombre en las noticias o se encontraba a alguna malévola ex colega que le preguntaba con retintín por su vida anterior. Tampoco regresó al Congreso. Se buscaba la vida escribiendo de cualquier cosa e, incluso, dejó de sentir el periodismo como una vocación. Su única preocupación consistía en cobrar por cada letra pulsada en el teclado. Al principio maldecía su suerte y lloraba sin consuelo por la pérdida del empleo estable y del salario fijo a final de mes. Pero el tiempo, que cubre las heridas como un manto sanador, la obligó a asumir sus nuevas circunstancias; a cuidar cada euro que entraba en su cuenta, a pasar por los escaparates sin mirarlos y a olvidarse de renovar su armario cada temporada...
    Y ahora, cuando creyó que aquellos sucesos estaban pasados, superados y olvidados, los recuerdos del político martilleaban de nuevo su cabeza confundidos con sus sentimientos hacia Ése.
    Aquella mañana, con el cuerpo dolorido después de una noche de sexo ardiente, dio patadas y puñetazos por todos los rincones de su casa. Se maldijo a sí misma, se llamó estúpida, imbécil y otra serie de lindezas similares por haber caído de nuevo en una relación prohibida y se dio una ducha. Enfadadísima, frotaba su piel con rabia para eliminar cualquier resquicio de las caricias recibidas poco antes...
   Wynie Smith vivió las jornadas sucesivas como si Ése no existiera ni en su vida ni en el mundo. Decidida a comprobar que sus dotes para la seducción continuaban inalterables, se buscó un ligue distinto cada noche que no le tocaba hacer de madre. Por su cama desfilaron varios camareros, un joven cantante de rap, un diseñador gráfico, un profesor de inglés, un aprendiz de actor, un bombero y un doctor... Hizo lo que nunca se le hubiera ocurrido: aceptar todas las propuesta recibidas. Y después de tanta noche ajetreada y tanto sexo más o menos placentero, en vísperas de Navidad... Escuchaba como un soniquete el ruido del tren deslizándose por las vías, sentía la respiración pausada de su hijo que dormía con la cabeza apoyada en su hombro... Y, en contra de su voluntad, pensaba en quién más deseaba olvidar...

No hay comentarios:

Publicar un comentario