“He perdido al hombre de mi vida y no
estoy triste. Me siento en paz conmigo misma. Y abierta a lo que
pueda venir”. Con estas palabras, pronunciadas ante su íntima
amiga Wynie Smith. LA DECISIÓN DE EMI ABBOTT Emi Abbott dio por terminada la historia
de amor más apasionante de su vida y se echó a las calles decidida
a estrenar soltería.
Emi pertenece al tipo de mujer que no
sabe vivir sin tener un hombre a su alrededor. Desde que lo dejó con
su primer amor, a los dieciséis años, ha ido de flor en flor,
soltando a uno y cogiendo a otro de forma casi instantánea. A su
marido lo conoció con veintiuno, a la mañana siguiente de que la
dejara el cuarto de los novios de su vida. Entró en clase de inglés,
se quedó mirando embobada al nuevo profesor y, nada más tomar
asiento, le dijo a su compañera de pupitre que iba a casarse con él.
No habían cruzado una sola palabra, pero presintió con una
clarividencia aplastante un hecho que, en efecto, sucedió varios
meses después de aquel flechazo que fue mutuo.
Algo parecido le sucedió con El
Polaco, a quién conoció el mismo día en que decidió solicitar el
divorcio, después de 20 años de matrimonio. Ocurrió en un evento
que organizaba el Instituto Polaco de Cultura, al que acudió por
motivos laborales. Varios minutos después de que alguien los
presentara, se alejó con una excusa banal y llamó a Wynie para
contarle que había conocido a un hombre mayor con el que iba a pasar
esa noche, y añadió estar segura de que serían muchas más. Sus
deseos volvieron a cumplirse y junto a su ínclito amante extranjero y errante,
maduro y experto, ha pasado tres años. A su lado ha disfrutado de
intensas experiencias sexuales jamás imaginadas EL DESPERTAR SEXUAL DE EMI ABBOTT ha
amado con una intensidad que nunca antes había sentido y, llegado el
momento, ha preferido prescindir del ser amado antes que compartirlo SIN DECIR ADIÓS.
Emi y Wynie han bromeado a menudo
acerca de quién les duraría más, si El Polaco o El Profesor de
Matemáticas. Siempre solían llegar a la
conclusión de que este último y la realidad demostró que que no
erraban. La apasionante historia de el Polaco y Emi ha tocado a su
fin, mientras persisten los ardientes encuentros de Wynie y el profe SENSUAL Y SEXUAL.
No transcurrió ni una semana desde que
Emi estrenó soltería y salió de su casa con la mente abierta a
seducir y ser seducida hasta que se topó con El Publicista. Lo
encontró en un evento al que acudió con Olivia N. y, nada más
verlo, supo que se trataba del elegido. Era rubio, de aspecto pijo y
modales elegantes. Lo miraba de reojo cuando él empezó a toser. Emi
se acercó, le dio unos golpecillos en la espalda y volvió sobre sus
pasos. Al poco tiempo, estando ambas amigas en la barra, él las
descubrió entre el numeroso público que abarrotaba la sala y le
pidió a Emi con un guiño y un simpático gesto que se acercara.
Ella obedeció y no volvieron a separarse hasta que terminó la
fiesta.
En ese tiempo, Emi supo de su flamante
galán que era publicista, tenía cuarenta y siete años, divorciado
y padre de un niño de corta edad. Él, en cambio, nada. Emi suele
comportarse ante los desconocidos como una persona misteriosa, que
habla poco y, respecto a su vida. sabe callar sin que se note que lo
hace intencionadamente. Lo que esa primera noche dejó claro a ambos
es que les gustaba besarse. Lo hicieron en varias ocasiones y, a
juzgar por las palabras que se dijeron, se quedaron con las ganas de
una intimidad que las mutuas obligaciones laborales impidieron que
aconteciera. Se despidieron sin dejarse los teléfonos. Ninguno de
los dos dio el paso de pedirlo al otro. Un beso largo y profundo y un
“hasta la próxima” marcó el colofón de la velada.
Ahora, Emi asegura haberse enamorado de
El Publicista y lo busca en el mundo real y en el ciberespacio, en
las barras de los bares y en Google. Hasta el momento, sin éxito.
RoCastrillo