El sabor de la cocina casera en una golosina de leche y miel
Hoy he preparado el más clásico de los dulces de Semana Santa: torrijas. Mi
madre, que es una gran cocinera, me ha dado la receta con su peculiar estilo, es decir, a cálculo. Ella se mete entre fogones y no
entiende de más medidas que la experiencia y el instinto.
Tampoco tiene respuesta para los tiempos de cocción. “La miel tiene que
hervir un ratito”, me dice. "¿Cuánto, cinco minutos, por
ejemplo?", le pregunto. "No sé, eso lo ves tú, cuando esté un poco
espesita..." Me he arriesgado a hacerlas tal como ella me lo ha explicado, sin tiempos ni
medidas. Una vez terminadas y probadas, os confirmo que me han salido deliciosas. He tenido la precaución de tomar todas las medidas de los ingredientes
que he utilizado, para escribir la receta de forma que no presente problemas ni dudas a la hora de su elaboración. He comprado un pan especial para torrijas, lo
he cortado y me han salido, exactamente, 17 unidades. Enumero los ingredientes y, a continuación, explico cómo se elaboran.
MODO DE ELABORACIÓN:
Se pone la leche al fuego en una cacerola y se le añade el azúcar, la
canela en
rama y la cáscara de limón. Cuando empiece a hervir se retira del
fuego, se deja enfriar y se reserva. A continuación se parte el pan
especial para torrijas en rebanadas gruesas, de algo más de
un dedo de espesor. Estas rebanadas se mojan por ambos lados en la
leche que teníamos reservada una vez que esté fría y se dejan reposar
durante media hora aproximadamente. Transcurrido ese
tiempo se pone aceite de oliva al fuego en cantidad suficiente para
freír y se le echa una cáscara de limón para que le dé sabor. Cuando el
aceite esté caliente, se retira el limón y se deja a
fuego medio. En un plato hondo se baten los cuatro huevos, se mojan
en ellos las torrijas, una a una, y se van friendo en el aceite hasta
que adquieran un tono dorado. Una vez fritas toca el
último paso: el enmelado. Para ello se pone la miel al fuego y se
deja hervir unos cinco minutos. Se retira del fuego y, en ese mismo
momento, con la miel caliente, se van mojando en ella las
torrijas por ambos lados y colocándose en la fuente donde vayan a
servirse.
Las torrijas constituyen un postre delicioso y nutritivo. Su elaboración no es nada complicada, aunque requiere lo
de siempre: paciencia. Os animo a prepararlas en casa. Salen mucho más ricas y, por supuesto, más económicas que las que se venden en la
calle. ¡A cocinar y a disfrutar!